Don't look back


            ¿Vosotros quieren jugar a un juego peligroso? Os voy a decir uno, pero no quiero problemas, no me hago responsable y que estas palabras ahora sirvan como testimonio de esta afirmación. No me hago responsable de nadie, estáis por vuestra cuenta.

            Se supone que hay muchos juegos “prohibidos”: la ouija es uno, pero es una porquería, es muy difícil que pase algo jugando. El juego del vaso es otro, es el hijo bastardo de la ouija.

            Pero como dije antes, si os sentís valientes y si creen que tienen las gallas para jugar con cosas que no deben jugar, yo os puedo recomendar un juego muy bueno. Se llama “Don’t look back”

            Las cosas que necesitas son muy simples pero muy estrictas: primero una caja de fósforos o cerillas. De esta caja debes extraer tres, es todo lo que vas a necesitar. Por supuesto vas a necesitar esta caja para encender estos 3 fósforos o cerillas.

            Necesitas una hoja de papel y un boli y finalmente y más importante, necesitas estar completamente sólo en tu casa: no te puede ayudar un amigo, no te puede ayudar un familiar, tienes que ser tú y sólo tú y tienes que disponer de un espacio. No puede ser un cuarto, tiene que ser una casa, lo vas a entender más adelante.

            Tienes que elegir un cuarto, preferiblemente que no tenga ventanas, si en tu casa no hay un cuarto sin ventanas, tienes que asegurar de cerrarlas muy bien y de taparlas lo mejor que puedas. Lo que se tiene que conseguir es que tengas oscuridad total, tal punto que no puedas ver tu propia nariz.

            Una vez que hayas conseguido esto, hay un último requisito, que tienes que hacerlo después de la medianoche. No porque la hora juegue un papel fundamental, sino porque tiene que haber inquietud absoluta.

            Enciende la luz del cuarto seleccionado para este experimento, todo el resto de la casa tiene que estar a oscuras completamente: debes apagar el teléfono, cualquier radio encendida, incluso el pc, cualquier cosa que haga un mínimo zumbido. Todo debe estar completamente desconectado. Una vez que estés en este cuarto iluminado, tienes que quedarte unos diez minutos de pie en silencio, simplemente es una preparación para que puedas absorber la mayor concentración posible para que tu mente se relaje. Aunque te advierto que tu mente no se relajará por mucho más tiempo por lo que sucede más adelante. Pero por ahora quédate diez minutos tranquilo, respira hondo.

            Una vez hecho esto, agarra la hoja de papel y el boli y escribe varias invitaciones por cuantos cuartos hayan en tu casa. Si en tu casa hay cuatro o seis cuartos, entonces rompes este papel en cuatro o seis partes, sin contar la habitación en la que estás. En estos trozos de papel debes escribir: yo (tu nombre) os invito a una fiesta cordialmente, me gustaría mucho que asistieran, va a ser de “esta hora” a “tal hora”

            Te aconsejo que pongas un límite de tiempo de pocos minutos, no cometas el grave error de decir o de escribir mejor dicho, que la fiesta dure, cinco minutos o si te sientes muy valiente, diez o quince o como mucho veinte minutos. Pero es difícil que lo soportes.

            Agarras estos trozos de papel, sal de la habitación iluminada. No enciendas otra luz y bajo la puerta de cada cuarto, vas a tirar un papelito que es la invitación. Una vez que hayas hecho esto, vuelve al cuarto, quédate unos cuantos minutos en silencio y grita: ¡son todos bienvenidos a la fiesta! Y apaga la luz.

            Cuando la luz esté apagada, agarra la caja de cerillas, las tres cerillas y ponte en una esquina del cuarto mirando a una pared, va a estar todo oscuro, trata de no golpearte. Después de unos cinco minutos, ahí en silencio en la oscuridad total, vas a encender un fósforo. Si el fósforo no se enciende después del primer intento, tíralo y coge el siguiente. Si los siguientes fósforos no se encienden, es que no vino nadie a tu fiesta. Puedes encender la luz con completa confianza y mala suerte.

            Pero si alguna de esas tres cerillas se encienden, es que tienes invitados en la casa. Vas a sostener el fósforo entre tus dedos y por lo que más quieras no mires atrás., porque dudo que puedas aguantar. Si de casualidad, llegas a percibir algo en las esquinas del cuarto y te digo una cosa, va a ser de muy mala educación que tú termines la fiesta antes del límite de tiempo que antes estableciste. Así que ahora vas a tener que aguantarte y vas a tener que sostener ese fósforo hasta que lo puedas tolerar, hasta que empiece a quemar, en cuyo caso lo vas a soltar. Cuando el fósforo caiga al suelo y se apague y te quedes a oscuras. No sé que tipo de persona eres, pero te vas a sentir muy mal, porque vas a saber que hay alguien más en ese cuarto contigo. Lo vas a sentir en cada músculo, lo vas a sentir en la carne y van a estar muy cerca de ti.

            Aun así estás a oscuras completamente no te aconsejo que te des la vuelta, porque puede que veas algo. Quédate en silencio en la pared el mayor tiempo que puedas, o por lo  menos hasta que tú sepas muy bien que el plazo que has puesto para la fiesta se ha acabado.

            Si lo haces todo bien, si respeta las instrucciones. Tus invitados no tienen porque ser hostiles, de hecho, algunas de las pocas personas que han hecho esto, dicen que escucharon una voz muy tenue, muy suave tras ellos que dijeron gracias. Y finalmente ellos lograron sentir que los invitados se marchaban.

            Cuando esto ocurra, o finalmente sepas que la fiesta acabó, date la vuelta con confianza y enciende las luces. Habrá sido una experiencia aterradora y te cuento una cosa. Todas esas personas que no pudieron aguantar y se dieron la vuelta y encendieron las luces, no quisieron hablar nunca más de lo que sucedió, del terror que sufrieron tan grande. No porque les haya atacado principalmente, sino por lo que vieron que los marcó de por vida.

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