Tengo tus recuerdos en mi cabeza, pero no es como quisiera recordarte. Así que por favor, sal fuera, deja que me muera en paz, déjame volar como ave capaz. Lo que hago no es rendirme, lo que hago es alzarme. Tú tendrás que comprenderme si llegaste a quererme alguna vez.
Solo quiero descubrir lo que es vivir, después de sufrir para así poder subir a los cielos donde sé que te hallaré. Lo siento, necesitaba echarte de menos. Mis sentimientos no tienen frenos. Echo en falta el tacto de mis dedos en tus senos.
Ha pasado mucho tiempo y aún te recuerdo aunque menos será la falta que te tendré mañana. Cada vez que me levanto reparto sentimientos, culpa, disculpas te pido por ese despido. Sé que fue un suicidio pero no aguantaba más el ritmo constante de falta de cariño, de sentirme como un niño. Somos adultos, ¿era necesario estos bultos?
Lágrimas son las responsables de que afloraran estos frutos recogidos que ahora gritan que te echan de menos. El tiempo pasa y pasa, y el recuerdo lo arrasa. El desgaste de la arena de la playa con cualquiera que vaya. Penas, alegrías, letras, melodías. Cada noche una vela se apaga cada vez que tu calor se propaga por cuerpo de otro hombre. Olvida mi nombre. Olvídate del hombre que conociste porque ya lo perdiste.
No fuiste tú la que quiso despedirse pero fue todo lo que ocurrió lo que hizo que todo se pudriera. Pero no te olvidaré, pero no me olvidarás. El viento le gritará cada noche a tu ventana que te echa de menos pero que ya no hay frenos. Ponle rumbo a tus sueños. Te echo de menos donde duerme tus recuerdos. Te echo de menos pero ya no hay frenos.
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